Antofagasta, 11 de agosto de 2023.- En el marco del proyecto AdaptaClima, se presentó oficialmente el diplomado Cambio Climático y Reducción de Riesgo de Desastres, el cual será impartido por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, a través del Centro de Acción Climática en colaboración con SENAPRED.
El proyecto es una iniciativa del Ministerio del Medio Ambiente de Chile que es implementado por CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe y ejecutado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con el financiamiento del Fondo de Adaptación.
Fue en la jornada de presentación que Dinorah Singer, de la oficina en Chile de CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, indicó que “uno de los temas que hemos priorizado de nuestra agenda es precisamente acompañar a Chile en el cumplimiento de sus compromisos ambientales y climáticos (…). Esta es una iniciativa donde se le da especial relevancia al rol de las comunidades como protagonistas en la construcción de acciones colaborativas y generación de redes y el desarrollo de una cultura de adaptación para hacer frente a estos retos que nos impone el cambio climático”.
Es precisamente en ese contexto que Georgiana Braga-Orillard, Representante Residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Chile (PNUD), indicó lo crucial de generar “medidas de adaptación al cambio climático y fortalecimiento a la gestión de riesgos de desastres. No podemos dejar esto para mañana, porque ya es algo del día de hoy. Parte de este proyecto -AdaptaClima-, busca promover instancias de fortalecimiento, así como preparar a profesionales y entregar conocimientos y herramientas para que puedan diseñar, fomentar e implementar iniciativas de gestión pública local aquí en Chile y países vecinos”.
Cabe destacar que el diplomado tiene como objetivo abordar las brechas y las necesidades fundamentales de competencias técnicas en materia de cambio climático y su relación con la reducción de riesgo de desastres, para fortalecer la comprensión de sus efectos, escenarios futuros e institucionalidad para la generación de estrategias de mitigación y adaptación en ciudades costeras de Chile.
Álvaro Hormazábal, Director de SENAPRED, institución colaboradora para la implementación de este diplomado, indicó la necesidad de generar una cultura preventiva, de manera vinculante y transversal en todas las etapas de trabajo en el Estado: “dentro de la planificación se pueden ir desarrollando herramientas e instrumentos que nos permitan trabajar estando en un contexto relevante. Este es un claro ejemplo de un trabajo de descentralización (…). La idea es continuar haciendo sinergia entre los integrantes de este sistema y seguir apoyando las iniciativas de manera permanente.
Víctor Salinas, director de Educación del Centro de Acción Climática PUCV, finalizó las palabras enfatizando en la importancia del abordaje de estos temas, así como la red de colaboraciones que se forjan desde distintas instituciones: “Estamos muy contentos de poder desarrollar este programa de formación, por la confianza de las instituciones (…), el trabajo que hacemos desde la formación, está muy focalizado desde el desarrollo de capacidades adaptativas de cómo podemos dar respuesta al cambio climático con un enfoque territorial”.
Este programa está dirigido a profesionales, funcionarias y funcionarios públicos de la región de Antofagasta y de la macrozona norte del país que estén vinculados con la temática de la Reducción de Riesgo de Desastres (RRD) y la adaptación al Cambio Climático. Tras un proceso de revisión de las postulaciones, se seleccionaron 80 personas que accederán a una beca completa.
Chile es altamente vulnerable al cambio climático, cumpliendo con siete de los nueve criterios de vulnerabilidad enunciadas por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), entre las que se encuentran las áreas de borde costero de baja altura y las zonas áridas y semiáridas. Por su condición, se estima que en Chile las pérdidas ambientales, sociales y económicas por este fenómeno podrían llegar a ser significativas, alcanzando en el año 2100 un 1,1 % anual del PIB. La biodiversidad, recursos hídricos, infraestructura y los sectores económicos pueden verse negativamente afectados dentro de este siglo.
