America’s Back

Pasaron algunas horas desde el juramento de Joseph Biden, para que tomara su lugar en la misma oficina donde Trump firmó el día entero indultos en favor de colaboradores condenados por corrupción. Este era un giro que el mundo necesitaba, considerando que el 2020 fue uno de los años más cálidos de la historia y nos tiene sometidos a una pandemia asociada a nuestra nociva relación con la naturaleza.

El daño ambiental de la administración de Trump fue menor de lo que se pensaba, excepto por los valiosos años que perdimos. La impericia de sus jefes de la EPA (Scott Pruitt y Andrew Wheeler, lobistas de empresas de combustibles fósiles) impidió derogar las normas de Obama, que demostraban que la reducción de generación eléctrica a carbón o petróleo disminuye la morbilidad y mortalidad prematura.

Para que Trump derogara estas indicaciones debía transparentar que sus propuestas no impactaban lo anterior. En cuanto a metas de eficiencia energética en automóviles, la tarea era demostrar que el mayor uso de combustible no generaba aumentos en costos a las personas ni perjuicios en su salud. Sus intentos fueron desestimados en el poder judicial y ahora Biden volverá a las normas vigentes en la administración Obama.

En las energías renovables ocurrió algo sorprendente. En 2020 se instalaron 29GW de energía renovable en Estados Unidos, un 30% más que el 2019 y 20% más que cualquier año de la presidencia Obama. Durante el mandato de Trump no se instaló ninguna central nueva y la capacidad instalada a carbón bajó en 15%, más que con cualquier otro presidente. A pesar de la voluntad política, faltó el apoyo del mercado, que sabe que la mejor inversión está en las energías limpias.

Una de las mejores noticias climáticas ocurrió en diciembre pasado cuando la Reserva Federal (FED) adhirió a la Network for Greening the Finantial System, que implica que cerca del 80% del PIB global será sometido a reglas que obliguen a declarar los riesgos climáticos físicos y transicionales de las empresas y activos financieros, además que Estados Unidos se suma a la mayoría de los países que se comprometen a cero emisiones netas al 2050.

Pero los cambios que se avecinan no se limitan a las acciones de ese país. Las arcas del Fondo Verde del Clima y el Climate Investment Fund están vacías y todos miran a Estados Unidos para financiar estos fondos destinados a compensar a los países más pobres por los daños causados al clima por los más ricos. El G7 y G20 volverán a ser plataformas de ambición climática y el oportunismo de Arabia Saudita pasará a ser una posición minoritaria en el futuro.

El Acuerdo de París nació hace cinco años y siendo un recién nacido fue abofeteado por el negacionismo de Trump. Creció en las sombras y ahora se abraza con quienes lo ayudaron a nacer. En 2015 Trudeau dijo “Canada´s Back” y dio esperanza a muchos presentes en la COP21. Este 2021 “America’s Back” y esta COP26 será un reencuentro entre quienes trabajan por un clima más seguro.

Marcelo Mena C. PhD.
Director Centro de Acción Climática PUCV

Centro de Acción Climática PUCV

Centro de Investigación aplicada orientado a aumentar la preparación de la región y el país a la actual crisis climática e impulsar el desarrollo de propuestas y soluciones integrales que fortalezcan a resiliencia climática en colaboración con entes públicos y privados.

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