Por Alex Sánchez Wadie
Chile continúa ardiendo mientras llega a su fin el receso estival.
A la fecha, más del 70% de la superficie quemada en el año 2017 ya ha sido consumida por las llamas. Este problema no debe ser considerado como una crisis aislada, sino como una señal de que tanto nuestro país como el planeta entero están en un estado de emergencia climática permanente.
Por esta razón, es esencial que esta semana se priorice finalmente el proyecto de ley más importante en materia ambiental: el proyecto de Ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, también conocido como SBAP. Desafortunadamente, este proyecto ha estado en trámite durante casi 10 años.
La biodiversidad es el conjunto de genes, especies y ecosistemas que sostienen nuestra civilización y la economía global. Chile cuenta con diversos ecosistemas y zonas con una rica diversidad de seres vivos, algunos de los cuales solo se encuentran en nuestro país. Sin embargo, estas zonas, como el bosque esclerófilo en la región de Valparaíso, están entre las más amenazadas por los incendios, la expansión inmobiliaria y el cambio de uso de suelo agrícola.
El proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad cuenta con tres pilares que ayudarán a mejorar la conservación de nuestra naturaleza.
En primer lugar, concentrará en un solo servicio la labor de conservación en Chile. En la actualidad, la gestión de la protección de la naturaleza se encuentra dividida entre diversos organismos estatales que actúan de manera descoordinada. La creación del SBAP permitirá una gestión integrada de todo el país, tanto en tierra como en mar, dentro y fuera de áreas protegidas, con un enfoque único en la protección de la naturaleza.
El segundo pilar es la capacidad del Servicio para promover e incentivar la conservación de la naturaleza fuera de los parques nacionales y otras figuras de protección. Aunque cerca del 20% del territorio chileno se encuentra catalogado como «área protegida», la mayoría de estas áreas se ubican en la zona sur y austral, mientras que la mayor riqueza en biodiversidad se encuentra en la zona central, que es la más amenazada y no se encuentra protegida. La biodiversidad está presente en todas partes, incluso en las ciudades.
Por último, el proyecto de ley regula de manera más adecuada la forma en que se protege la naturaleza. Actualmente, se permiten concesiones de acuicultura, hidroeléctricas y líneas de transmisión en áreas protegidas, lo que va en contra de la idea de proteger la naturaleza en dichas áreas. Incluso se permite la minería en algunas áreas protegidas. El SBAP elimina la explotación de recursos naturales con fines comerciales en dichas áreas.
En conclusión, aunque el proyecto de ley tiene puntos donde puede y debe mejorar, es urgente la pronta creación del SBAP, especialmente en tiempos de emergencia climática como los que vivimos.
