Investigadores de la PUCV lideran proyecto para transformar la agricultura hacia la sostenibilidad y seguridad alimentaria

En un esfuerzo por abordar los desafíos críticos del sistema alimentario global, el equipo del Centro Regional de Innovación Hortofrutícola de Valparaíso (CERES) y en colaboración con integrantes del Centro de Acción Climática (CAC) de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), han lanzado un proyecto destinado a rediseñar los sistemas agrícolas hacia la sostenibilidad y la seguridad alimentaria.

El actual sistema alimentario mundial enfrenta dificultades significativas para garantizar una nutrición adecuada mientras preserva los recursos naturales y enfrenta los desafíos del cambio climático. Este proyecto surge como respuesta a la necesidad urgente de desarrollar alternativas sostenibles que mitiguen la degradación ambiental y promuevan la biodiversidad en paisajes agrícolas.

Cabe destacar que el proyecto se centra en la Intensificación Ecológica (IE) de la agricultura como un enfoque prometedor para transformar los sistemas agroalimentarios hacia la sostenibilidad. Se explorarán diversas dimensiones, incluyendo la gestión de servicios ecosistémicos, el impacto del cambio climático en los recursos hídricos, y los determinantes socio-institucionales de la transición hacia prácticas más sostenibles.

El proyecto aborda objetivos como la Gestión de Servicios Ecosistémicos, el Impacto del Cambio Climático y Recursos Hídricos, y Determinantes de la Transición hacia la IE.

El trabajo de nuestro centro

El proyecto involucra colaboraciones con investigadores nacionales e internacionales, así como el trabajo de integrantes del equipo del CAC, en distintas labores como Matías Olea y Macarena González. Sobre ello, Macarena, integrante del Centro, comenta más sobre esta iniciativa: «La intensificación ecológica aprovecha las funcionalidades naturales de los ecosistemas para apoyar la producción de alimentos, mediante la provisión de servicios ecosistémicos. Sin embargo, el limitado apoyo institucional y la falta de conocimiento técnico y político sobre estas prácticas han obstaculizado su implementación efectiva. Además, existe una carencia de información sobre el rendimiento y los beneficios de la intensificación ecológica en la agricultura.»

Por su parte, Matías Olea, geógrafo integrante del proyecto y del centro, comenta sobre su rol en esta iniciativa: «Mi rol principal es el análisis de datos geoespaciales obtenidos a través de la observación satelital para poder determinar o evidenciar patrones espacio-temporales de variables climáticas (como precipitación, temperatura, humedad del suelo) y sus impactos en la vegetación. Esto se traduce principalmente en la zonificación de cuáles son las áreas más y menos impactadas por el cambio en estas variables. A su vez, esto nos permite el poder realizar cruces respecto a la matriz del uso del suelo, con los cambios en el clima, para poder determinar si las áreas más impactadas son aquellas dónde se realiza un uso más intensivo del suelo, o corresponden a áreas cubiertas por bosques, matorrales o praderas, o más simple si se encuentran en la parte alta, media o baja de la cuenca.»

Este proyecto representa un paso crucial hacia la transformación de los sistemas agroalimentarios, promoviendo la sostenibilidad ambiental y la seguridad alimentaria en la región.

Macarena González menciona algunos de los objetivos que tienen junto a Matías: “El objetivo principal es evaluar diferentes grados de biodiversidad y estrés hídrico en los sitios propuestos, seleccionando aquellos que presenten estas características contrastantes. Durante estos meses, hemos trabajado en la identificación de predios que cumplan con los criterios específicos necesarios para llevar a cabo el experimento, lo que resulta fundamental para poder comparar y cuantificar la efectividad de las acciones que implementaremos en el futuro.»

Adicionalmente, ha trabajado en el diseño e implementación de Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN), “específicamente en la creación de zanjas de infiltración (…) que funcionan como una estrategia de ahorro de agua, almacenando recursos hídricos para ser utilizados en periodos de escasez derivados de déficits de precipitaciones.»

Actualmente, como equipo, estamos en la fase de estudio y diseño de estas alternativas. Una vez implementadas, nuestro enfoque se centrará en medir de manera concreta el impacto de estas intervenciones, particularmente en términos del aumento de la humedad del suelo. Este esfuerzo busca generar información valiosa que contribuya de manera significativa a la seguridad hídrica.»

“Para poder planificar o proponer medidas de acción, es necesario realizar un diagnóstico del territorio para poder determinar el estado actual de este, y específicamente en eso es lo que estamos trabajando en esta etapa del proyecto. Utilizando imágenes satelitales y datos geoespaciales, podemos monitorear el impacto del cambio climático en tiempo casi real en las tierras agrícolas para poder mejorar o tomar decisiones importantes respecto a dónde destinar los recursos y cómo aprovecharlos de mejor manera”, enfatiza Matías Olea.

Centro de Acción Climática PUCV

Centro de Investigación aplicada orientado a aumentar la preparación de la región y el país a la actual crisis climática e impulsar el desarrollo de propuestas y soluciones integrales que fortalezcan a resiliencia climática en colaboración con entes públicos y privados.

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